Hasta siempre, Carlos Ruperto.

Hoy se nos fue un grande del Carnaval de Badajoz. Carlos Ruperto, uno de los precursores de nuestra fiesta, de aquellos que a principio de los ochenta sentaron las bases de lo que hoy es el Carnaval de Badajoz, ha muerto en la mañana de este domingo. Durante años adornó con los punteos de su guitarra los repertorios de Los Guatinay, murga de la que formó parte fundamental, como después lo fue en La Brigada Antiardores, artefacto con el que recorrió las calles de Badajoz, disfrutando y participando del Carnaval, del que era todo un maestro, como lo fue también en los fogones, donde demostró, al frente de distintos establecimientos hosteleros, que un plato sabe mejor si tiene un toque de buen humor, esa sonrisa que siempre iluminaba la cara de Carlos. La capilla ardiente se encuentra instalada en el tanatorio de La Soledad, y el sepelio será mañana, a las 11.00, en la iglesia de Santa Teresa de Jesús, frente al Seminario, en la barriada de La Estación. Desde El Estribillo, un fuerte abrazo para su familia, especialmente para sus hijos Carlos y Lolo, miembros de Marwan Chilliqui, y continuadores de la tradición carnavalera que les transmitió su padre. Esta noche sonarán cuplés en el Cielo. Y Carlos estará a la guitarra.

 

 

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