Hasta siempre, Toni

Capaz de transformar el caos en orden. Capaz de transmitir seguridad a quienes se jugaban, en 20 minutos, el trabajo de cuatro meses, sin ser profesionales. Capaz de trabajar en la semioscuridad, como si tuviera superpoderes que le permitían ver en la noche. Pendiente de lo de dentro y lo de fuera del escenario, de que cada efecto especial se llevara a cabo en el segundo exacto de la actuación. Capaz,

en definitiva, de convertir una actuación lúdica en un espectáculo profesional, digno de ser televisado en directo durante cuatro o cinco horas. Capaz de ser querida y respetada por un colectivo, el de los carnavaleros, que no siempre sabe cuidar a los suyos como se merecen. Eso sí, el gustazo de salir a escena con Los Mirinda en 2018, no te lo quitó nadie. El sábado nos dijo adiós, con una bajada definitiva de telón. De su telón, no el del López de Ayala, que seguirá subiendo y bajando aunque ella no esté. Gracias, Toni Martin, por tanto cuanto diste, de manera humilde y discreta, tras las bambalinas del López de Ayala. Ya te echamos de menos. Desde El Estribillo, un fuerte abrazo a familiares y amigos, y a sus compañeros del Teatro López de Ayala, que tan  fácil nos lo ponen año tras año durante el COMBA.

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